Gracias a los avances tecnológicos, muchas actividades que antes tenían un componente social ya no lo tienen. Atrás quedaron los días en que ir al supermercado implicaba codearse con clientes y cajeros, en que aprendíamos habilidades con profesores prácticos y en que salíamos a cenar con amigos o colegas.
A medida que nuestro mundo se vuelve cada vez más virtual, muchas de nuestras necesidades pueden satisfacerse con unos pocos clics y sin interacción humana. Si bien esto sin duda ahorra tiempo y energía, conlleva costos ocultos. Con mayor comodidad, se reducen las oportunidades de establecer conexiones significativas.
La Organización Mundial de la Salud informa que 1 de cada 6 personas adultas en todo el mundo experimenta soledad, mientras que algunas encuestas estadounidenses sitúan esa cifra más cerca de 1 de cada 3. Esto afecta a más que nuestra calidad de vida.
Los/as investigadores/as han encontrado una fuerte asociación entre el aislamiento social y la enfermedad coronaria, el accidente cerebrovascular y la demencia en adultos mayores. Otra parte afirman que la soledad es tan perjudicial para la salud como fumar 15 cigarrillos al día .